En este tiempo de voluntariado mi
vida se ha visto bombardeada de sorpresas. Hasta ahora en su mayoría gratas, de
aquellas sorpresas que invitan a expandir la voluntad de creer y crear espacios
donde podamos ser en armonia con el entorno.
Esta armonía durante el último tiempo
ha sido determinada por ponerme en conocimiento sobre la biodiversidad, asunto
pendiente que, como muchos otros, se ha visto pospuesto en incontables
oportunidades, pero que gracias a este voluntariado he podido encauzar en mi
lista de prioridades y metas de este año. La puesta en marcha de este
aprendizaje ha resultado ser un total enriquecimiento porque noto cambios, me
sorprendo y deleito en cada momento en que se manifiesta mi entorno.
Sobre la biodiversidad no puedo decir
mucho, porque siento que es inconmesurable, es un acto eterno constante y tan
dinámico que podría estar una infinidad intentando describirla…pero aquí va mi
intento.
Aquí en SPEA, el equipo trabajó en
una campaña que terminó hace dos semanas, donde los objetivo fueron
sensibilizar y educar a la comunidad para el rescate de aves marinas,
otorgándoles indicaciones para el procedimiento al hallarlas, así como también
la monitorización de las áreas donde son encontradas, para la evaluación de
sitios donde la iluminación las encandila, provocando un desvío en su rumbo al
mar.
Durante esta campaña el aprendizaje
es totalmente enriquecedor. Primero porque sin tener mayor conocimientos
técnicos sobre las aves, puedo conocer su comportamiento y maravillarme al
escuchar sus vocalizaciones, a tener la delicadeza suficiente para saber su
biometría, sorprenderme con su anatomía y el calor que irradia su cuerpo al
encontrarse desorientada, al verlas batir sus alas y experimentar para retornar
a su vuelo interrumpido, demorando unos minutos o a veces horas en retomar su destino.
Desde una segunda arista, puedo ver cómo la voluntad del equipo se direcciona
en diversas acciones para disminuir el impacto en estas aves: en explicar con
claridad a cada persona que consulte sobre las precauciones a tener, al
dirigirse a los distintos lugares y tomar cuenta de ellas y al invertir su
tiempo en liberarlas, incluso cuando esto signifique hacerlo en un horario
distinto al de sus labores o al esperar desde unos minutos a más de un par de
horas en que el ave se disponga a retomar su vuelo.
Este tipo de iniciativa ha sido sin
duda una de las actividades más especiales y enriquecedoras que he tenido este
tiempo, ya que me hace comprender la naturaleza de los diversos habitantes y
visitantes albergados en esta isla, y a la vez me ha empoderado hacia acciones
tan sencillas como persona, pero tan valiosas para la biodiversidad, como lo es
salvar un ave marina. Las labores más concentradas de Salve un Ave Marina por
este año han finalizado, y por su parte las aves han terminado su época de
nidificación, encontrándose nuevamente de vuelta en sus ciclos de migración.
Desde este punto en adelante, el
equipo redirecciona su trabajo hacia otras de las tantas tareas de protección
de naturaleza, a través de las aves y de sus hábitats, sin embargo, la
necesidad de atención sobre estas problemáticas no se detienen, menos las acciones
que intentan eliminarlas. En adelante se inicia una nueva red de maniobras para
la conservación: #HelpFuraBardos, campaña que se propone recaudar donativos
para garantizar los trabajos de conservación de la Laurissilva, uno los
espacios más grandes y mejores preservados de floresta de laurel en el mundo, y
de una de las espécies más emblemáticas que habita en ella, el Fura-Bardos. (bit.ly/helpfurabardos)
En este artículo, no sólo me inclino
hacia detallar las experiencias tan increíbles que pueden acontecer durante el
voluntariado, y los aprendizajes infinitamente valiosos que para una persona
puede dejar. Aquí también me propongo no olvidar la responsabilidad que esto
significa…finalmente, si en algún momento caigo en el olvido, y nuevamente
postergo mi sintonía con la biodiversidad, tendré presente que la naturaleza de
alguna forma se manifestará para darnos la oportunidad de un nuevo encuentro.
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INGLÉS ---------------------------------------------------
The Most Valuable Experiences While Volunteering
In this time of
volunteering my life has been bombarded with surprises. So far mostly pleasant,
those surprises that invite to expand the will to believe and create spaces
where we can be in harmony with the environment.
This harmony over the
last time has been determined by bringing me to know biodiversity, a pending
issue that, like many others, has been postponed in countless opportunities,
but thanks to this volunteerism I have been able to get on my list of
priorities and goals this year. The implementation of this learning has turned
out to be a total enrichment because I notice changes, I am surprised and
delighted in every moment in which my environment is manifested.
I can not say much
about biodiversity, because I feel it to be immeasurable, an eternal and
constant act so dynamic that I could spend an infinity trying to describe it
... but here is my intent.
Here at SPEA, the team
worked on a campaign that ended two weeks ago, where the objectives were to
sensitize and educate the community for the rescue of seabirds, granting them
indications for the procedure when finding them, as well as monitoring the
areas where they are found , For the evaluation of places where the
illumination entices them, causing a deviation in its course to the sea.
During this campaign
the learning is totally enriching. First, because without having further
knowledge about birds, I can know their behavior and get marveled at hearing
their vocalizations, have enough delicacy to know their biometrics, surprise me
with their anatomy and the heat of their body when they get disoriented,
watching them experiment and beat their wings to return to their interrupted
flight, taking a few minutes or sometimes hours to flight back to their
destination. From a second edge, I can see how the team's will is directed in
diferent actions to reduce the impact on these birds: explaining clearly to
each person that consults them about the precautions to have saving a bird, going
to different places and take account of any lost bird and investing their time
releasing them, even when it means doing it after work or waiting the bird to
gets ready to restart its flight, taking a few minutes or more than a couple of
hours.
This type of
initiative has undoubtedly been one of the most special and enriching activities
I have done this time, because it makes me understand the nature of the various
inhabitants and visitors lodged on this island, and at the same time has empowered
me to such simple actions as a person, but as valuable to biodiversity as
saving a seabird.
The most concentrated
efforts of ‘Save a Sea Bird’ for this year are over, and in turn the birds have
finished their nesting season, finding themselves back in their migration
cycles.
From this point
forward, the team redirects its work towards other of the many tasks of nature
protection, through the birds and their habitats, however, the need for
attention on these issues do not stop, even less the actions that try to
eliminate those threats. A new network of conservation maneuvers is now
underway: #HelpFuraBardos, a campaign that aims to raise donations to guarantee
the conservation work in the Laurissilva, one of the largest and best preserved
laurel forest in the world, and one of the most emblematic species that
inhabits it, the Fura-Bardos. (bit.ly/helpfurabardos)
In this article, I not
only lean to detail the incredible experiences that can happen during
volunteering, and the infinitely valuable learning that a person can experiment.
Here I also intend not to forget the responsibility that this means ...
finally, if in any point I fall into oblivion, and postpone again my attunement
with biodiversity, I will keep in mind that nature will somehow manifest itself
to give me the opportunity of a new encounter .
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